EL ROSARIO... mi Rosario.

La historia del Rosario es rica en mitos y verdades, ambas se entrelazan para que las generaciones nuevas la disfruten y conozcan su glorioso pasado, por eso me di la tarea de investigar ambos, nuestras leyendas y nuestras realidades, no solo de El Rosario como cabecera municipal, sino de las comunidades que alberga para hacer a un lado el pretexto ese de que no conocemos nuestra historia...
Porque sin pasado no existimos y si no existimos, '¡Que carajos andamos haciendo por estos andurriales?!
Entretejidos aqui la realidad con la ficción con la que nuestros ancestros han aderezado nuestra historia, les muestro aquí mi propia version de los hechos.

FERNANDO BARRAZA

miércoles, 5 de diciembre de 2012

"...DE CÓMO NACIO CHIAMETLAN"

 

(Esta es mi propia versión de lo ocurrido en la región que agora ocupa La Ciudad Asilo de El Rosario Sinaloa, antes territorio totorame)  
La leyenda dice que; mucho antes de que nacieran muchos Dioses, a la región sur del estado de Sinaloa que comprende las márgenes del río que hoy conocemos como el “río baluarte”, llego una tribu de totorames que –posiblemente- eran una degeneración de las razas del norte del Estado, o del Estado norteño de Sonora, existe la posibilidad de que las tribus de Yaquis se hayan mezclado con las de Coras nayaritas, lo que dio origen a una civilización que fue a ubicarse justo en el sitio al que dieron por nombre; Chiametlan. Dice el mito que un día, en el que luego de una larga caminata, un jovenzuelo de nombre xolotl reposaba sobre una enorme roca y a la sombra de un “uvo”, tras la ingestión de un preparado a base de tecomate al que ellos llamaban “duérmete niño”, por el efecto de relajación que causaba; como en éxtasis escucho la voz de un Dios que decía; “Escuchadme Xolotl, hijo mío en quien tanto confío, has de conducir a la tribu a un lugar sobre las playas del río, ahí encontraras una señal, cuando la hayas reconocido, será que llego el momento de fundar un nuevo imperio...” al despertar, el joven contó a los mayores y a los sacerdotes que viajaban con el, lo que había soñado, y le creyeron... porque era un joven respetable y siempre había luchado por el bien de la tribu, fue entonces que decidieron marchar en busca de la señal esperada, no tuvieron que atravesar enormes desiertos porque ya lo habían hecho desde Sonora, ni tuvieron que durar cientos de años, pues ya habían pasado desde que nacieron como seres sociales, ni esperaban encontrar un águila o alguna serpiente, ni signos en el suelo, ni que les cayera comida del cielo,... ya todo estaba dicho y hecho, la señal seria clara; Pues dice la leyenda; que aquel joven caminaba al frente, con una enorme beca sobre su cabeza, como era costumbre en los grandes personajes de esa época,.. ellos usaban esa especie de Chía que les confería un estatus de superioridad y casi divino, razón por la que eran obedecidos y respetados como jefes y sacerdotes de gran envergadura, y el, se había ganado ese grado, se dice entonces; que caminaban por las playas del río con dirección a las inmensas playas vírgenes de la costa marítima, cuando Xolotl se sintió agredido y asaltado, al grado de perder su chia a garras de un ave, puesto que le fue arrebatado por un enorme chivicoyo que les sobrevolaba... así, a secas, eso no podía ser tomado como la señal que esperaban, de no ser porque al ir tras el, por ordenes del líder, un niño la encontró tirada sobre una planta que en la actualidad se conoce como salvia, y a los pies de un cedro, ahí se sentaron a descansar tras la fatigosa persecución, y ahí, el hombre de la chia que la había recuperado justo sobre aquella planta de la que sacaban la semilla a la que daban precisamente el mismo nombre, -pues tenían ellos, costumbre de preparar un brebaje a base de las semillas de esa planta-, esas semillas eran conocidas como chia, que acostumbraban mezclar con miel y jugo de frutas agrias para refrescarse, por eso fue que decidió asentarse en ese lugar al que en honor a tal acontecimiento y a tales razones dieron por nombre; Chiametlan, que significa lugar de chias. Se establecieron sin mas, y se distribuyeron a ambos lados del río al que llamaron río Chiametlan y se dispersaron a lo largo del mismo y a las faldas de un enorme peñasco que surgía de aquella inmensidad marítima y al que creyeron un vigía por estar rodeado de agua, (así se les conocía a las islas y peñas enormes sobresalientes de las aguas) además de que era un vigía, al establecerse ahí, lo usaban también como atalaya y puesto de observación, doble razón para que hasta la fecha el enorme escollo conserve el nombre del cerro del vigía, ahí en lo alto se estableció el líder, y se mando construir un enorme espacio para el juego de pelota y acondiciono las siete cuevas para atesorar las pertenencias tribales. (Aun hoy, si se cuenta con el equipo apropiado, es posible desentrañar del escollo grandes muestras artesanales de aquella gran civilización), allá en lo alto, eran las grandes celebraciones, allá en lo alto, eran los grandes honores, y adaptaron un espacio al que actualmente se le llama el valle de las tinajitas para domesticar a los chivicoyos, símbolos de la naciente cultura... ahí les molían el maíz y el pescado seco mientras las exóticas aves –para entonces sagradas a los ojos de los totorames - comían, ellos molían la sal, que luego llevarían al tianguis para intercambiar por enseres y alimentos, con tribus que cruzaban desde Ixtlan hasta Sinalobola, que era como se conocía a esta región, para surtirse de tabaco y de ixtle... Por esa época se corrió el rumor de que había pasado por ahí un hombre que portaba el nombre de “nube gris”, y que viajaba desde la mítica ciudad de Tenochtitlán en busca de una señal, a nadie le sorprendió, pues esas culturas siempre estaba en espera de señales para poder existir, se decía que lo habían visto descansar entre los manglares, unos días alimentándose de higueras silvestres, otros días alimentándose de mezquite o guamúchiles. Los que iban a la pesca del camarón y tortuga para preparar los platillos favoritos de Xolotl le daban a comer el cazon o el bagre que ellos no apreciaban y que el extranjero preparaba de una manera para ellos extraña, pero deliciosa al fin de cuentas, ellos le contaron a Xolotl que el fuereño acababa de llegar de una isla llamada mezcaltitan en la que había tenido un enfrenamiento con el principal de la tribu y con el que finalmente había entablado amistad embrujándolo con su sapiencia y los conocimientos que tenia en relación con los tiempos, los totorames le platicaban todo esto a Xolotl y de otras conversaciones con el extraño, y Xolotl quedaba tan fascinado que al tercer día mando a buscarlo,.. cuando “nube gris” subió a sus aposentos, Xolotl ya le estaba esperando con una comida preparada a base de ranas y camarones y su bebida favorita “el duérmete niño”. “Nube gris” le contó que en efecto, había recorrido inmensos mundos y grandes señoríos y le aclaro que muchos de esos mundos, eran conocidos por pocos, Xolotl se intereso por sus aventuras y le llamo mucho la atención la historia del enorme disco del tiempo que a sugerencia de “nube gris”, la gente de Mezcaltitan se había llevado rodando hasta la capital del gran imperio Azteca, pues les había asegurado que si ellos entregaban el disco a los gobernantes de la gran ciudad, les tendrían en gran estima, (aquel enorme monolito es conocido actualmente como la “piedra del sol” o el “calendario azteca”) y con el se regían en la gran urbe. “Nube gris” permaneció junto a Xolotl durante siete lunas, contándole sus grandes hazañas, y una mañana de la luna siguiente se marcho, dejando parte de su sabiduría al joven aquel, que en un sueño los dioses habían elegido para patriarca de la tribu Totorame, y aquello no fue en vano, pues Xolotl aplico en bien de su gente todo lo aprendido. Chiametlan crecía en territorio y en sabiduría; una vez establecidos, se fundaron escuelas y centros de entrenamiento para los guerreros, pues aunque eran una tribu pacifica debían estar preparados por el caso de algún ataque enemigo...
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