EL ROSARIO... mi Rosario.

La historia del Rosario es rica en mitos y verdades, ambas se entrelazan para que las generaciones nuevas la disfruten y conozcan su glorioso pasado, por eso me di la tarea de investigar ambos, nuestras leyendas y nuestras realidades, no solo de El Rosario como cabecera municipal, sino de las comunidades que alberga para hacer a un lado el pretexto ese de que no conocemos nuestra historia...
Porque sin pasado no existimos y si no existimos, '¡Que carajos andamos haciendo por estos andurriales?!
Entretejidos aqui la realidad con la ficción con la que nuestros ancestros han aderezado nuestra historia, les muestro aquí mi propia version de los hechos.

FERNANDO BARRAZA

miércoles, 5 de diciembre de 2012

"...DE CÓMO NACIO CHIAMETLAN"

 

(Esta es mi propia versión de lo ocurrido en la región que agora ocupa La Ciudad Asilo de El Rosario Sinaloa, antes territorio totorame)  
La leyenda dice que; mucho antes de que nacieran muchos Dioses, a la región sur del estado de Sinaloa que comprende las márgenes del río que hoy conocemos como el “río baluarte”, llego una tribu de totorames que –posiblemente- eran una degeneración de las razas del norte del Estado, o del Estado norteño de Sonora, existe la posibilidad de que las tribus de Yaquis se hayan mezclado con las de Coras nayaritas, lo que dio origen a una civilización que fue a ubicarse justo en el sitio al que dieron por nombre; Chiametlan. Dice el mito que un día, en el que luego de una larga caminata, un jovenzuelo de nombre xolotl reposaba sobre una enorme roca y a la sombra de un “uvo”, tras la ingestión de un preparado a base de tecomate al que ellos llamaban “duérmete niño”, por el efecto de relajación que causaba; como en éxtasis escucho la voz de un Dios que decía; “Escuchadme Xolotl, hijo mío en quien tanto confío, has de conducir a la tribu a un lugar sobre las playas del río, ahí encontraras una señal, cuando la hayas reconocido, será que llego el momento de fundar un nuevo imperio...” al despertar, el joven contó a los mayores y a los sacerdotes que viajaban con el, lo que había soñado, y le creyeron... porque era un joven respetable y siempre había luchado por el bien de la tribu, fue entonces que decidieron marchar en busca de la señal esperada, no tuvieron que atravesar enormes desiertos porque ya lo habían hecho desde Sonora, ni tuvieron que durar cientos de años, pues ya habían pasado desde que nacieron como seres sociales, ni esperaban encontrar un águila o alguna serpiente, ni signos en el suelo, ni que les cayera comida del cielo,... ya todo estaba dicho y hecho, la señal seria clara; Pues dice la leyenda; que aquel joven caminaba al frente, con una enorme beca sobre su cabeza, como era costumbre en los grandes personajes de esa época,.. ellos usaban esa especie de Chía que les confería un estatus de superioridad y casi divino, razón por la que eran obedecidos y respetados como jefes y sacerdotes de gran envergadura, y el, se había ganado ese grado, se dice entonces; que caminaban por las playas del río con dirección a las inmensas playas vírgenes de la costa marítima, cuando Xolotl se sintió agredido y asaltado, al grado de perder su chia a garras de un ave, puesto que le fue arrebatado por un enorme chivicoyo que les sobrevolaba... así, a secas, eso no podía ser tomado como la señal que esperaban, de no ser porque al ir tras el, por ordenes del líder, un niño la encontró tirada sobre una planta que en la actualidad se conoce como salvia, y a los pies de un cedro, ahí se sentaron a descansar tras la fatigosa persecución, y ahí, el hombre de la chia que la había recuperado justo sobre aquella planta de la que sacaban la semilla a la que daban precisamente el mismo nombre, -pues tenían ellos, costumbre de preparar un brebaje a base de las semillas de esa planta-, esas semillas eran conocidas como chia, que acostumbraban mezclar con miel y jugo de frutas agrias para refrescarse, por eso fue que decidió asentarse en ese lugar al que en honor a tal acontecimiento y a tales razones dieron por nombre; Chiametlan, que significa lugar de chias. Se establecieron sin mas, y se distribuyeron a ambos lados del río al que llamaron río Chiametlan y se dispersaron a lo largo del mismo y a las faldas de un enorme peñasco que surgía de aquella inmensidad marítima y al que creyeron un vigía por estar rodeado de agua, (así se les conocía a las islas y peñas enormes sobresalientes de las aguas) además de que era un vigía, al establecerse ahí, lo usaban también como atalaya y puesto de observación, doble razón para que hasta la fecha el enorme escollo conserve el nombre del cerro del vigía, ahí en lo alto se estableció el líder, y se mando construir un enorme espacio para el juego de pelota y acondiciono las siete cuevas para atesorar las pertenencias tribales. (Aun hoy, si se cuenta con el equipo apropiado, es posible desentrañar del escollo grandes muestras artesanales de aquella gran civilización), allá en lo alto, eran las grandes celebraciones, allá en lo alto, eran los grandes honores, y adaptaron un espacio al que actualmente se le llama el valle de las tinajitas para domesticar a los chivicoyos, símbolos de la naciente cultura... ahí les molían el maíz y el pescado seco mientras las exóticas aves –para entonces sagradas a los ojos de los totorames - comían, ellos molían la sal, que luego llevarían al tianguis para intercambiar por enseres y alimentos, con tribus que cruzaban desde Ixtlan hasta Sinalobola, que era como se conocía a esta región, para surtirse de tabaco y de ixtle... Por esa época se corrió el rumor de que había pasado por ahí un hombre que portaba el nombre de “nube gris”, y que viajaba desde la mítica ciudad de Tenochtitlán en busca de una señal, a nadie le sorprendió, pues esas culturas siempre estaba en espera de señales para poder existir, se decía que lo habían visto descansar entre los manglares, unos días alimentándose de higueras silvestres, otros días alimentándose de mezquite o guamúchiles. Los que iban a la pesca del camarón y tortuga para preparar los platillos favoritos de Xolotl le daban a comer el cazon o el bagre que ellos no apreciaban y que el extranjero preparaba de una manera para ellos extraña, pero deliciosa al fin de cuentas, ellos le contaron a Xolotl que el fuereño acababa de llegar de una isla llamada mezcaltitan en la que había tenido un enfrenamiento con el principal de la tribu y con el que finalmente había entablado amistad embrujándolo con su sapiencia y los conocimientos que tenia en relación con los tiempos, los totorames le platicaban todo esto a Xolotl y de otras conversaciones con el extraño, y Xolotl quedaba tan fascinado que al tercer día mando a buscarlo,.. cuando “nube gris” subió a sus aposentos, Xolotl ya le estaba esperando con una comida preparada a base de ranas y camarones y su bebida favorita “el duérmete niño”. “Nube gris” le contó que en efecto, había recorrido inmensos mundos y grandes señoríos y le aclaro que muchos de esos mundos, eran conocidos por pocos, Xolotl se intereso por sus aventuras y le llamo mucho la atención la historia del enorme disco del tiempo que a sugerencia de “nube gris”, la gente de Mezcaltitan se había llevado rodando hasta la capital del gran imperio Azteca, pues les había asegurado que si ellos entregaban el disco a los gobernantes de la gran ciudad, les tendrían en gran estima, (aquel enorme monolito es conocido actualmente como la “piedra del sol” o el “calendario azteca”) y con el se regían en la gran urbe. “Nube gris” permaneció junto a Xolotl durante siete lunas, contándole sus grandes hazañas, y una mañana de la luna siguiente se marcho, dejando parte de su sabiduría al joven aquel, que en un sueño los dioses habían elegido para patriarca de la tribu Totorame, y aquello no fue en vano, pues Xolotl aplico en bien de su gente todo lo aprendido. Chiametlan crecía en territorio y en sabiduría; una vez establecidos, se fundaron escuelas y centros de entrenamiento para los guerreros, pues aunque eran una tribu pacifica debían estar preparados por el caso de algún ataque enemigo...
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miércoles, 22 de febrero de 2012

EL ROSARIO DE BONIFACIO

De
Fernando Barraza
(Versos leidos por el patrón de la hacienda de aguaverde el día de la inauguración de la mina del Tajo.)

UN SABADO TRES DE AGOSTO;
UNA RES EL HOMBRE PERSEGUÍA,
EL MONTE ESPESO, EL CAMINO ANGOSTO,
DECLINABA CASI EL CALUROSO DÍA.

COMO EL PASTOR AQUEL DE LA ESCRITURA
DEJÓ EL REBAÑO POR SALVAR A UNA.
EL DESTINO QUISO QUE MADRE NATURA,
REGALARA AL HOMBRE AQUELLA FORTUNA.

TENÍA CONFIANZA EN AQUEL ROSARIO
QUE UN AMIGO LE REGALÓ DE NIÑO,
A LA VIRGAN SANTA LE REZABA A DIARIO
CON TERNURA Y FÉ Y CON GRAN CARIÑO.

LLEGÓ A LO ALTO DE LA LOMA A TIENTAS
Y UNA RAMA LE ROZÓ EL PESCUEZO,
TROZANDO AL PASO LAS TODAS CUENTAS
DEL MUY BENDITO SALTERIO EL REZO.

LA SANTA VIRGEN, LA VIRGEN MARÍA
TENÍALE LISTA LA SANTA SORPRESA,
SE ACOSTÓ EN EL SITIO, PUES ANOCHECÍA
Y DEL HAMBRE Y SUEÑO YA ERA PRESA.

Y PASÓ LA NOCHE SE DURMIÓ CANTANDO,
COMO CADA NOCHE SE DURMIÓ REZANDO,
EN LLEGANDO EL DÍA EL SOL CALENTANDO
DESPERTÓSE PRESTO A SEGUIR BUSCANDO…

Y ENCONTRÓ UNA CUENTA Y ENCONTRÓ LA OTRA
CUENTA QUE TE CUENTA LE FALTABAN DOS,
Y FALLÓ LA UNA, EN PRENSADA EN PIEDRA
Y SE FUE CORRIENDO ANCA SU PATRON.

EL PATRON LE DICE QUE AQUELLO ES PLATA
Y PREGUNTAN MUCHO POR AQUELLO BASTO
A TODOS LOS BARRIOS LE DABAN LA LATA,
POR SEGURO AQUELLO NO PODÍAN JURARLO.

POS PASÓ QUE PLATA Y NO OTRA COSA FUE
REGRESARON PRONTO HASTA AQUEL ALTAR,
DONDE HABÍA PERDIDO EL ROSARIO AQUEL
FALLANDO RAUDOS BASTO MINERAL.

LA NOCHE DE ANTES LO MARCÓ DE UN TAJO
PA SABER A DONDE ORA VOLVERÍA,
PA PONERLE EL NOMBRE NO FALLÓ TRABAJO
EN LLAMANDO “EL TAJO” A LA AQUELLA MINA.

A LA VIRGEN PURA, A SANTA MARÍA,
QUE LE DIO LA SUERTE PA ENCONTRARLO TODO
QUE LE DIO RENOMBRE, QUE LE DIO ALEGRÍA,
QUE LE DIO LA PLATA, QUE LE HA DADO EL ORO.

A ESA LE DEBE EL NOMBRE BENDITO
LA CIUDAD ASILO ESTA DEL ROSARIO,
AUNQUE NO LO NIEGO; EL NOMBRE ES BONITO
LE HUBIERA VENIDO MUY BIEN BONIFACIO.

LOS DESIGNIOS DE LA SUERTE SON UN MISTERIO
Y LA VIRGEN SANTA TENÍA PREPARADO,
QUE PERDIERA BONI AQUÍ EL SU SALTERIO
Y ESTE NUEVO PUEBLO SE VIERA POBLADO.

GRACIAS VIRGENCITA, MIL VECES GRACIAS
POR PAGAR CON CRECES TANTO SUFRIMIENTO
BONIFACIO SUPO LO QUE ES LA DESGRACIA
PERO AHORA SABE LO DE ESTAR CONTENTO.

Y CAUSA LAS CUENTAS DE SU ANTIGUO REZO
DE LAS CUALES LE FALTÓ FALLAR SOLO UNA
MIENTRAS QUE LA ENCUENTRA EL ALEGRE MOZO
LE ESTARÁ CRECIENDO LA SUYA FORTUNA.

BENDITO SEAIS QUERIDO ROSARIO
QUE LLEVA TU NOMBRE ESTE ENORME ASILO,
Y TODO ESO GRACIAS A MI BONIFACIO
¡POS QUISO EL DESTINO Y LA VIRGEN QUISO!


martes, 21 de febrero de 2012

BONIFACIO ROJAS


(Segunda parte)

Lunes 2 de agosto de año del señor de 1655
Luego de un descanso dominical muy merecido el joven Bonifacio, ya de 33 años, se prepara para llevar una entrega de reses a don Ignacio de la Peña y López, un rico hacendado de la región, Don Fernando y su esposa leen en la gacetilla recién llegada a sus manos noticias de hace tres años, que aunque atrasadas, para esas épocas, enterarse de ello era mas que novedad. Se enteraban por cierto de la muerte del pintor don José de Rivera en septiembre de 1652, así como el obispo de sonora don Andrés Pérez de Rivas, muy apreciado en la región sonorense.
LOS PATRONES DE LA HACIENDA DE AGUAVERDE

En esas estaban cuando el apuesto Bonifacio entra con su sonrisa amable de siempre, avisando que todo estaba listo para partir, y explicando que ya sus compañeros le esperaban afuera, y que solo había entrado por las ultimas instrucciones.
Tras recibir la bendición de doña Milene que lo ve como a un hijo y escuchar con atención las recomendaciones de que tenga cuidado en el cerro de Zacatecas por tanto coyote, el caporal se despide con una reverencia y sale con la promesa de entregar el ganado al otro día por la mañana…
Los patrones se quedan comentando la bendición de tenerlo a su servicio, de verlo crecer convertido en una persona tan responsable y tan querida por todos, especialmente por algunas de las mujeres casaderas de la región a quienes sin embargo el aludido ignoraba por tener en la cabeza otros pensamientos.
Pere entonces don Carlos el padre, se encontraba en Castilla arreglando papeles de títulos que se estaban tramitando para dejar a su hijo un buen nombre a mas de la herencia económica que había atesorado durante casi cuarenta años, y también recogiendo noticias de familiares y amigos de don Fernando y doña Milene que por razones de ocupaciones y tiempo, no habían podido visitar la madre patria y extrañaban a sus parientes los Navas y González.
Llega oscuridad de aquella lejana noche y los patrones tan enamorados como siempre se retiran a sus habitaciones, en tanto allá en el cerro, entre matorrales, Bonifacio grita a Melesio, uno de sus acompañantes indicándole que se adelante al rancho de don Ignacio y le vaya exigiendo lo de la paga, en tanto, él se entretiene buscando una vaca que se le ha desbalagado. Ha caído un montón de veces en medio de la oscuridad pues la luna apenas alumbra por culpa de tanto nubarrón, ha tropezado otras tantas, se ha arañado el rostro tantas veces más, se le ocurre cantar, pensar y rezar o una y la otra cosa, es ahí donde le pide con fervor a la virgen de su rosario que le ayude a encontrar a la bestia, recuerda también a su propia madre cuando lo puso en sus manos antes de morir y su insistencia en que lo tuviera y la insistencia de Matea en que las cosas tenían que mejorar para él, porque las fuerzas desconocidas que actúan sobre las personas, así lo habían planeado…
A la distancia ve a la res y en su intento por alcanzarla se distrae atorándosele el rosario en un unos chiviritales, haciendo que por su pasión en él, se distraiga y la deje escapar al detenerse a juntar las cuentas, pero el compromiso y la lealtad son cosa importante para él, tanto, que decide perseguir al animal hasta encontrarlo, por lo que se quita el sombrero arrojándolo como señal en el lugar en el que han caído las mas de las cuentas.
Sin embargo tiempo mas tarde casi cerca de la media noche el infeliz Bonifacio regresa cansado y decepcionado por la infructuosa búsqueda y ya sin consuelo alguno se dispone a buscar las cuentas, de las cuales encuentra una que otra pero en esa oscuridad resulta imposible seguir haciéndolo, asi es que decide descansar y seguir con la labor mañana, saca los tacos de carne seca y frijoles que le preparó Matea, colocándolos a un lado, saca los palitos de madera impregnada en aceite que usa para hacer fuego y enciende una fogata… ahí cantando luego de la cena el Bonifacio se va quedando dormido, no sin antes pedir por su padre ausente y encomendarse a la virgen de su rosario.

Madrugada del martes 3 de agosto de 1655.
Lo primero que viene a la mente del caporal es la búsqueda de las cuentas de la retahíla, a punto de completarse la sarta,encuantra la penúltima incrustada en lo que parece metal y al parecer derretido por acción de la lumbre que encendiera para ahuyentar a los animales y provocarse calor la medianoche del día anterior.
Cuando se da cuenta de las posibilidades de que eso sea verdad y ante la emoción, toma el machete y lo incrusta a un lado de lo que plata parece, se monta en su caballo a pelo y sale raudo con rumbo a la hacienda de agua verde para contar a su patrón de lo encontrado.
En la hacienda la anciana matea sirve a los viejos dueños de la hacienda un apetecible almuerzo, notablemente excitado Bonifacio se introduce a la cocina de la hacienda como alma que corretea el diablo para mostrarleslo hallado. Doña Milene se aterroriza ante lo intempestivo de su llegada pensando que algo grave ocurrió o que le picó algún animal, Matea discretamente se persigna y emite palabras ininteligibles sin que los demás se den cuenta.
Cuando el patrón tiene en sus manos el metal fundido se olvida de la comida. Su esposa y Matea se aproximan y descubren la cuanta del rosario aquel, Matea emite palabras que parecen sin sentido sin un solo parpadeo;
- Treinta y tré años son también fecha importante, ete rosario te va a hacé grande mi pequeño Bonifacio…

Don Fernando, de inmediato manda a ensillar un par de caballos para buscar al tasador de las calles de la fortuna que por mala suerte está en Durango desde hace varios días, pero no se dan por vencidos y cruzan el río rumbo a Chametla en la vieja canoa de Melquiades, con la intención de recorrer las provincias de la nueva Galicia y la nueva Vizcaya enteras, con tal de cerciorarse antes de hacerse ilusiones, en el camino Bonifacio le cuenta la anécdota de la vaca y todo lo ocurrido el día anterior y de cómo dejo el machete para señalar el lugar en el cerro para volver sin mortificación y asegurándole que a nadie mas contó de lo acontecido sin perjurar además de que el yacimiento es casi seguro que sea enorme.
Doña Milene Junto Bonifacio Rojas y su esposo  quien lee unas palabras en la inauguración de las minas del TAJO:

De esa manera se cumplieron las profecías de la negra Matea, y entonces nació de esa manera El Rosario Sinaloa, y la primera mina se le llamó “El Tajo” por el machetazo aquel, y El Rosario se convirtió en el más importante centro minero habiendo establecido ahí el gobierno virreinal las cajas reales de la nueva Vizcaya.


Viernes 19 de febrero de 1683.
Una matea ochentona junto a doña Milene también muy anciana acompañan a doña Josefa Quevedo, esposa de Bonifacio quien llora lastimeramente junto a la cama de su amado, éste sin casi proferir palabra nítida, tose consecutivamente debido a la enfermedad que lo acosa, sin embargo las mujeres captan con claridad lo que pretende decir, y el hombre habla de un yacimiento de oro que encontró pero que no se sabrá de él hasta pasados muchos años, según lo exige en su testamento, en el que ha beneficiado a los descendientes suyos con apellidos de Rojas y Quevedo y parece que delira cuando habla de trece pasos al oriente de un volcán, pero los gritos de dolor no le permiten decir con claridad, dice algo de bonanza para el rosario otra vez, habla de un nuevo renacimiento gracias al oro…las mujeres se miran sorprendidas ante tales declaraciones; la urraca y quien sabe que tanto pajarraco menciona al referirse a los cerros que circundan la mítica ciudad…
Entonces como hablando para si misma y casi imperceptible la anciana Matea profiere unas palabras envueltas en un dolorosa llanto:
- Entonce hay que esperá hata año do mil y tanto!, ¡Ni quén viva señora!... ¡Ni quién viva!

… A fin de cuenta e rosario de mite chifil le dio suete a mi niño… y se hizo famoso y su nombre sonará por lo siglo de lo siglo….!


LA MUERTE DE BONIFACIO ROJAS





 FIN.


sábado, 18 de febrero de 2012

BONIFACIO ROJAS


(Primera de dos partes)
POR
FERNANDO BARRAZA

Atardecer del sábado 26 de marzo, año del señor de 1622.
Es casi noche, el sol se pone con parsimonia, los cocuyos y las luciérnagas empiezan a aparecer con cautela sobre las hojas de los manglares y sauces de la costa del sur de Sinaloa…
En la enorme hacienda de don Fernando, rodeada de árboles exóticos y peones que van y vienen perfilando sus siluetas en aquel atardecer naranja y ocre, todo mundo está preparándose para la celebración de esa noche.
Adentro en el enorme salón de la suntuosa hacienda, los músicos ensayan melodías de moda de diversos autores mexicanos y distintos ritmos pero especialmente de Don Luis de Narvaez y Carlos Patiño, que eran de los músicos españoles preferidos por Don Fernando, la orquesta también entonaba sones que habían nacido de la mezcla de ritmos traídos por los esclavos africanos y que daban alegría a las tertulias que con frecuencia se organizaban en Aguaverde –así se llamaba la hacienda-.

Noche de ese mismo día.
Las hermosas damas rosarenses, chiametlecas y de lugares aledaños, vestidas con sus enormes vestidos hampones, bailan alegres con los jóvenes asistentes. En esas estaban cuando repentinamente un grito ahoga las notas musicales, es Doña Juana, esposa del caporal de la hacienda, ambos eran amigos íntimos de los patrones, don Fernando y doña Milena. Don Carlos el caporal, visiblemente nervioso y apenado se da cuenta de lo que ocurre y con miles de aspavientos trata de justificar los gritos de su amada que mas que gritos, emite alaridos de pánico y vergüenza, aunque tal acontecimiento era muy común y de poca pena que ocurrieran por aquellos territorios, ya que el parto era visto como algo muy natural por los nativos del rumbo especialmente si eran de descendencia totorame, el resto de los asistentes se aproximan, los unos curiosos y los otros también ante el inesperado acontecimiento…
Doña Juana ya resignada y ante lo inevitable de lo por ocurrir, decide no oponer resistencia sino todo lo contrario para que las cosas salgan bien, la acomedida Matea, sirvienta principal de la hacienda, una mulata de origen inescrutable trata de desparramar a los mirones procurando ventilación y un poco de intimidad para la parturienta en tanto un espigado señor de origen inglés de apellido Sheffields visiblemente nervioso y preocupado se santigua repetidamente con un rosario de perlas negras que contiene una imagen de María la virgen…
Mr. Sheffields, aunque de educación anglicana había abrazado la religión católica de una manera fervorosa nomás habiendo arribado a la nueva España, amén de varias razones, siendo la principal su interés económico y la convivencia en un país tan desconocido para el y su familia.
Los asistentes, tan sorprendidos como entusiasmados tratan de no perder detalle de lo que acontece, en tanto Matea ausculta a doña Juana.
De repente la sirvienta se pone de pie mirando con ojos enormes a la parturienta, se santigua incrédula y emite una frase apenas perceptible;
- ¡ Vigen prudentihíma!, ¡El produto viene con lah patah pa´elante!

EL NACIMIENTO DE BONIFACIO

La angustia se refleja en su rostro y ve a todos lados tratando de encontrar una solución a lo que se aproxima, don Carlos se da cuenta de la perturbación de la mujer y la ansiedad se apodera de él, Matea se arrodilla resignada frente a la parturienta dispuesta a hacer lo necesario, el viejo inglés trata de acomedirse para recibir el rechazo de la preocupada Matea que lo insta a retirarse junto con el resto para que no estorben, sin embargo el extranjero insiste en ayudar con algo y solo se le ocurre poner en las manos de don Carlos aquel rosario que tanto le significaba, para que la virgen ayudara en el mal trance. Don Carlos lo toma solo por conseguir que el viejo se ponga en paz, sin embargo, una vez que lo tuvo en sus manos no le quedó otra mas que encomendarse a la bellísima imagen pendiente de aquellas cuentas.
Con bastante dificultad y ante la ausencia de un facultativo, Matea logra sacar la primera pierna del bebé, sin embargo la otra aparece doblada ante su impotencia, pero la valiente negra consigue atraparla luego de muchos intentos, motivando a la madre para que empuje al pequeño, luego de momentos intensos y eternos, logra aparecer el niño en las manos negras y sangrientas de Matea, quien lo toma orgullosa de su labor y poniéndose de pie con su vigorosa humanidad, lo levanta y le da una nalgada para provocar el llanto del recién nacido, los asistentes se arremolinan alrededor mientras que otras personas de la servidumbre atienden a doña Juana y limpian el suelo para que continúe el bailoteo.
El ingles da un abrazo apasionado y cargado de tranquilidad al nuevo padre, quien orgulloso se acerca a Matea para que le preste al niño.
Con el niño en brazos se acerca a don Fernando y doña Milene para mostrarlo con orgullo, los patrones contentos -que siempre lo han visto como de la familia-, encuentran una razón mas continuar el festejo. Se reanuda el baile y con la música de fondo el inglés se aproxima a la madre del niño y nuevamente pone en sus manos el rosario, mientras la partera y otros de la servidumbre terminan de limpiar el piso.
Sin embargo la supersticiosa negra se detiene en medio de la sala y exclama profética;
- Ete palto no é nomal, si el niño se logra, pueden pasá do cosa, una: que traiga la degracia a la hacienda de aguavelde o la ota: que traiga la buenaventura…
Doña Juana se asusta realmente a pesar de que no es creyente en esas cosas, pero el inglés la consuela recordándole que solo tiene que encomendarse a la virgen que pende del rosario.
En tanto los invitados continúan la diversión y el baile entre comentarios y bromas sobre lo recién ocurrido, los caporales charlan con los patrones, y ahí es donde a doña Milene se le ocurre el nombre de Bonifacio para el recién nacido, puesto que conoce a los padres y piensa que el retoño también será bueno, ya que eso es lo que significa el nombre, además de significar bonito…
BONIFACIO EN BRAZOS DE SU MADRE

Viernes 26 de marzo de 1632.
La mañana transcurre lenta, el sol ilumina los verdes campos de la hacienda, bajo una enorme enramada de chayotes los patrones de Aguaverde se entretienen, la una tejiendo mientras el otro lee, el pequeño Bonifacio con diez años recién cumplidos juega montado en un caballo de palo, a que persigue el ganado, tras él aparece la madre con una enorme torta preparada por la servicial Matea para el cumpleañero y con el rosario que aquel amigable visitante le había regalado el día de su nacimiento, doña Juana explica al infante la historia del rosario y le aclara que cuando cumplió tres años intentó colgarlo de su cuello pero lo tiro a lo lejos, y tenía la confianza de que en esta ocasión ya que era mas grandecito, lo conservara. Sin embargo el niño se resiste, pero la insistencia de una madre obra milagros y una vez habiéndolo convencido que fue gracias a la virgen del rosario que el nació sin problema a pesar de que fue un parto difícil y gracias también a Matea, para evitar hacer la discusión mas larga y ante la tentación del pastel el niño lo coloca en su cuello y corre hacia la mesa de la cocina para pedir su trozo.

Esa misma tarde por la noche.
Sentado a la mesa un impaciente Bonifacio dirige la mirada ansiosa ya a la puerta, ya hacia el corral por la ventana de la enorme cocina, a lo lejos se escucha al padre dar las ultimas instrucciones a los mozos de la hacienda para que encierren el ganado, doña Juana parte el pan en tanto el hombre se desocupa el pequeño Bonifacio comenta con su madre respecto a las creencias y afirmaciones de Matea que asegura que cuando crezca va a ser una persona muy importante, como le ha vaticinado desde su primer año de vida, en virtud que por las señales de mal agüero manifestadas el día de su nacimiento y habiendo sobrevivido a estas, lo mas seguro era que al no haber ocurrido algo lamentable pues debería de ocurrir lo contrario. Bonifacio siempre temiendo y pendiente de las predicciones de la vieja negra y bruja como el la llama casi de cariño, en esta ocasión se muestra preocupado, pues aun teme que el vaticinio se vuelva realidad y se manifiesta negativamente…
Habla de Camilo un pequeño cacique totorame al que Nuño de Guzmán dio muerte por adueñarse de sus tierras según le contaban los viejos trabajadores de la hacienda y de varios temas ante la desesperante espera, de pronto corre hacia la ventana, apenas alcanza a asomarse para gritar a su padre para que se apresure a comer del pan que hizo la bruja. Doña Juana sonriente lo reprende por las palabras y en eso entra el padre riendo ante las ocurrencias del muchacho y aclarando que” para brujas en Chametla” también a modo de guasa, pues de ahí surgían las mas reconocidas curanderas de la región y tenían fama bastante.
Doña Juana se dispone a servir el pan riendo por los comentarios de sus seres amados, cuando repentinamente se lleva una mano al pecho y cae lentamente arrojando a tiempo el cuchillo a un lado suyo, alarmados padre e hijo se acomiden para ver que ocurre y la alarma se adueña de ambos, el niño con lo ojos interrogantes y llorosos y la voz temblorosa preguntando que ocurre a la madre adorada al percibir la preocupación creciente de don Carlos, impotente el padre del niño lo arroja con rumbo a la puerta para que vaya en busca del patrón pero el niño solo atina a llorar arrodillándose junto al cuerpo de la madre.
Ante los gritos entra Matea que como siempre se acomide para ver en que puede servir, entonces don Carlos le pide que la cuide en lo que él va por ayuda, pero ella lo detiene con una mirada angustiosa y una voz como de trueno para decirle que doña Juana dejó de respirar…

Lleno de rabia don Carlos ofende a la pobre Matea en reclamo por lo dicho y ante la necedad de no creer que el ser amado haya dejado de existir, sin embargo la mujer lo confirma y reafirma al repetir ceremoniosamente que la doña Juana está muerta, ante aquellas dolientes palabras el pequeño Bonifacio arremete contra ella golpeando su noble espalda en señal de reclamo por lo ocurrido, el padre lo toma en vilo solo para que el chiquillo patee a la sumisa negra que con lagrimas en los ojos coloca los brazos de la difunta sobre su pecho. Bonifacio no para de culparla por todo lo que la negra ha significado en su vida, en ese momento recuerda con claridad el día de su séptimo cumpleaños cuando le vaticinaría buena fortuna por no haber muerto antes de cumplir los siete ya que era un numero -como muchos- para ella cabalístico el niño, loco de ira no deja de ofender tanto física como verbalmente ante la pena del padre, tanto que obliga a la pobre Matea a Salir de la cocina envuelta en llanto y dejando a padre e hijo junto al cuerpo de la madre muerta.
Ahí permanecen como suspendidos en el tiempo hasta que unos criados llegan a recoger el cadáver acompañados de los patrones el buen don Fernando y su querida esposa doña Milene, el niño ve partir a su madre, todos salen de la cocina en tanto él permanece en silencio en medio de la habitación y su mano recorre su espigada figura desde el estomago hasta su cuello, sus deditos se entrelazan con el rosario y suavemente lo aprisiona con su pequeña mano y súbitamente de un solo tirón lo saca de su cuello para arrojarlo lejos de si, luego lo ve fijamente como reclamándole por lo recién pasado, y da media vuelta con la intención de salir.
Sin embargo, como detenido por un impulso detiene su partida y regresa con paso vacilante para recoger el rosario, entonces aproxima la imagen a su boca y en susurros le pide perdón y con lagrimas en los ojos se lo coloca de nuevo en el cuello con la promesa de no arrancarlo de ahí jamás.

BONIFACIO JUNTO AL CADAVER DE SU MADRE